Vuelta a lo natural: en nutrición y cosmética.

La crisis económica y de valores cambia la cosmética, la nutrición y nuestro estilo de vida. Es normal que después de que una época de excesos y banalidad nos haya estallado en la cara, la gente reflexione, elimine parte del exceso incorporado a su vida y se quede con lo esencial, lo que le hace sentir bien. Dejamos atrás lo de nombres de platos rimbombantes y las moléculas de síntesis, ¿lo ultimo? Ingredientes sencillos, cuanto mas mejor, en cosmética y nutrición se reivindica lo humilde.

Patata, arroz o brócoli en cremas anti envejecimiento, encurtidos y alimentos cotidianos en la carta de restaurantes exquisitos de Barcelona y Londres, y firmas de famosos que nos traen remedios caseros. Como la actriz Shalma Hayek con su marca Naunce, Jessica Alba con productos sin para benes o Reese Witherspoon y Hally Berry que son fans de los encurtidos.

La crisis nos ha cambiado! ya no compramos como antes, ya no somos tan impulsivos, prima la salud y no el dinero.

La tendencia en belleza tiene un nombre: GASTROCOSMETICA. Las formulas incluyen compuestos de frutas y verduras y el consumidor entiende estos componentes por que no son complicados y están al alcance de la mano. Destaca la marca francesa Claudalie , que desde sus viñedos en Burdeos fabrican remedios antiarrugas como el resveratol, los polifenoles o la viniferita, 62 veces mas eficaz contra las manchas que la vitamina C.

Lo natural vuelve y lo industrial a la baja, la pregunta es ¿ por que hemos tardado tanto en incorporar estos ingredientes, tanto en nutrición o cosmética a nuestra vida? Hoy vende lo cotidiano. Se van a recuperar muchos ingredientes cotidianos y no solo en belleza, también en nutrición. Lo ordinario vende cada vez mas, la cebolla, cargada de antioxidantes y quema grasas, las mermeladas, los encurtidos que no tienen casi calorias pero si vitaminas, sus probioticos ayudan a mantener el peso y favorecen la absorción de nutrientes. Y las ciudades se adaptan y se llenan de restaurantes que enaltecen el producto modesto, pero de calidad, como el restaurante Teresa Carles en Barcelona.

Conclusión: cura de humildad y vuelta a nuestros orígenes, con nutrición sostenible y natural.

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Fuente: www.teresacarles.com

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